PARA SOBREVIVIR, ACTUAR

Actualmente vivimos en un mundo cambiante, en donde la tecnología ha añadido velocidad a todo, y lo que antes se hacía en días ahora se hace en minutos.

El consumidor actual tiene la posibilidad de comparar precios, personalizar y recomendar productos o servicios sin salir de casa.

La empresa tiene que ser consciente de estos cambios en el mercado en el que se desarrolla si quiere tener éxito.

FOCO EN CLIENTE

Desde hace unas décadas el cliente ha pasado a ser el foco principal de la empresa.

Teniendo en cuenta que el cliente actual es “infiel por naturaleza”, la empresa está obligada a tener un modelo con el que controlar y medir todas las acciones que tome de cara a mejorar constantemente su producto o servicio.

Por todo esto, ha nacido el Business Model Canvas (BMC).

El BMC es un experimento basado en la metodología lean, que permite testar continuamente el producto en el mercado y mejorarlo en función de la aceptación del cliente.

EL LIENZO DEL CANVAS

Es la herramienta usada para testar el modelo, un esquema ilustrativo que resume la idea de un negocio  y que se recomienda sea algo físico, para tenerlo en la oficina e ir completando y perfilando.

Veamos a qué preguntas debe responder este modelo:

1. Qué: ¿Qué problema solucionamos? ¿Qué necesidad satisfacemos? ¿Qué valor añado y qué beneficios aporto?

En el apartado de “Propuesta de Valor” y “Actividades Clave”

2. Quién: ¿A quiénes nos dirigimos? ¿A través de quién/es llegaremos a ellos?

En los apartados de “Segmento de Clientes” y  “Relación con los Clientes”

3. Cómo: ¿Cómo hay que desarrollar las actividades clave? ¿Qué recursos necesitamos? ¿Cómo llegaremos al cliente?

En “Recursos Clave”, “Partners Clave” y “Canales”

4. Cuánto: ¿Cuál es la estructura de costes de mi modelo de negocio? ¿Cuánto están dispuestos a pagar los clientes?

En “Estructura de costes” y “Flujo de Ingresos”

La clave de todo está en salir a experimentar con el propio cliente y no tener miedo a que las respuestas cambien el modelo establecido en la cabeza. “El papel lo aguanta todo”, la realidad es cosa bien distinta.